El pasado 17 de mayo, el Senado aprobó la Ley por el derecho a la vivienda incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta nueva normal, aunque trata muchos aspectos, los más novedosos y destacados se centran el mercado del alquiler.
Como ante todo cambio, y más si es sustancial y afecta a una cuestión tan delicada como la vivienda (tanto como inquilinos como para arrendatarios) ha hecho que la incertidumbre, las dudas y los recelos estén encima de la mesa, sobre todo en los propietarios que dudan si poner uno de sus bienes más valiosos en el mercado.
Ante la incertidumbre, la prudencia es la tónica habitual y los que no tienen muy claro si arrendar o no, están a la espera de poder vislumbrar lo que finalmente ocurrirá con la aplicación de la Ley.
Toda esta situación, que estará a la merced de lo que vaya pasando a nivel político y social, no hace más que convencernos de que nuestro papel como asesores inmobiliarios tiene más importancia que nunca.
Arrendar o vender una propiedad es siempre una cuestión compleja, pero si además el escenario no está estable o acaba de cambiar, se hace imprescindible contar con la información, el tiempo y el conocimiento necesario para analizar cada paso y cada decisión.
No es mal momento para vender o arrendar si es lo que necesitas, es mal momento para hacerlo sin el asesoramiento adecuado.